Las visitas presidenciales, hace años, incluían en sus agendas y visitas cortes de listones o arranques de obras. Eventos que enmarcaban uno o dos días en alguna zona del estado donde el lucimiento y la fotografía eran parte del boato de la visita distinguida y su sequito y por supuesto el anfitrión: el gobernador en turno. Los proyectos de infraestructura que se inauguraban se deletreaban en puentes, carreteras u hospitales, por decir algunos.

No cabían espacios para tibiezas: el Señor Presidente de México estaba en San Luis Potosí. Aquello termino.

El último gran protagonista de ello fue Enrique Peña Nieto.

Y después… Aun y cuando los últimos tres años de Juan Manuel -los tres primeros de su gobierno- López Obrador vino cerca de 8 veces, el resultado fue casi nulo. Un hospital en Villa de Ramos, entrega de programas en Mexquitic y el anuncio y promesa falsa de una Ruta Alterna a la Carr. 57 y un Aeropuerto en la huasteca, más una ampliación a la rua Valles-Tamazunchale. De estos últimos tres, solo la carretera va caminando. Viene otra vez el presidente y solo a revisar como va la carretera. De ahí en fuera a nada más. Lo del aeropuerto y la Ruta Alterna sigue estando en el tintero de las promesas que un Presidente incumplió con San Luis y que en 5 años solo vino a revisar… y ya.