De poco o nada servirá que los diputados de la LXIV Legislatura lleven a la tribuna del Congreso al Fiscal General de justicia en el Estado, para que explique con manzanas, como se encuentran los expedientes abiertos en esa institución. No existen las herramientas suficientes para hacer frente a la creciente ola de delitos que persisten en el ánimo de la sociedad. Hay muchas desapariciones, secuestros, extorsiones, cobros de piso, y ahora masacres en bares y lugares públicos, que quedan impunes debido a que no existen ni los elementos ni las herramientas para que los zacatecanos tengamos certeza que las cosas se hacen. Si tiene sentido que los diputados citen al Fiscal General de Justicia pero en comisiones, y que en privado surjan todas las respuestas a las interrogantes que tienen los legisladores y que tiene la sociedad, ya que es la única manera que se puede exigir que asuman con responsabilidad la parte que les toca en este duro momento en el que la situación es cada vez más crítica. De lo contrario sería montar un espectáculo que seguramente los zacatecanos ya no queremos ver; no queremos más disputas verbales que no llevan a ninguna parte; no se tiene que señalar la ineficiencia y la falta de operación de una fiscalía, que si bien es cierto, ha dejado mucho que desear, opera con lo poquito que puede ante una gama de delitos que día se vuelven inalcanzables. Zacatecas no está para más pleitos y mucho menos para circos mediáticos. Si los diputados deciden que acuda a explicar las cosas en la tribuna del pleno legislativo, entonces que el fiscal acuda pero a presentar su renuncia, ya que no existen condiciones para que se alimenten egos y mucho menos acusaciones de incompetencia, cuando ya sabemos que lo existe  es la incapacidad gubernamental, en todos los niveles, y los diputados no escapan a esa situación. Más que llamar a cuentas al fiscal, los legisladores deben exigir que David Monreal entienda que necesita operación política, que necesita políticos serios, profesionales y comprometidos para instrumentar una operación de emergencia para que Zacatecas comience a salir del hoyo profundo en que la indolencia y la irresponsabilidad lo mantienen. No se necesitan circos políticos, ni reuniones plenarias que sólo sirven para comprometer acciones de tipo político partidista, se necesita que se atienda “la emergencia social”, como dice el gobernador. Zacatecas tocó fondo. Cada día el éxodo de empresarios a otras entidades es mayor, son más los profesionistas que emigran a buscar nuevos horizontes, y son incontables los negocios que cierran sus puertas por extorsión o porque pueden llegar a matar a los ciudadanos en cualquier momento. No existen antecedentes de todo esto en el pasado y no puede decirse que sea una herencia maldita, lo que Zacatecas necesita es un gobierno eficaz y eficiente que como autoridad ponga e imponga orden. Todo lo demás es una fantasía.