Mientras que el Gobierno mexicano reclama a Estados Unidos el trato a los niños migrantes, en el País los menores indocumentados son cotidianamente separados de sus familiares cuando son detenidos por autoridades migratorias, acusaron especialistas. Aunque las deportaciones sí se hacen en familia, expertos en el tema alertaron que, cuando son aprehendidos, los pequeños son llevados a diferentes estaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) o, dentro de las mismas, no se les deja estar junto a sus padres. "En la mayoría de los centros migratorios visitados, notamos que los NNA (niños, niñas y adolescentes) acompañados son separados de sus madres, padres y familiares con los que viajan", expone el último informe del consejo ciudadano del INM. "Las niñas que viajan con sus padres o hermanos mayores varones son ubicados de forma separada, aunque pueden encontrarse con sus familiares en algunos momentos del día", señala el reporte. Gabriela Zamora, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte y colaboradora en un albergue en Monterrey, aseguró que la separación también ocurre con menores que son catalogados como viajantes solitarios, pues son considerados así cuando vienen con tíos o hermanos. "Y como no son los padres o los tutores legales del niño, entonces los separan, y es una gran problemática porque desde la perspectiva psicológica para el niño es traumático", dijo en entrevista. "Además, por ejemplo, en Nuevo León no existe una estación migratoria, entonces los pueden llevar a San Luis Potosí o a Veracruz, y ahí se pierde más el contacto con sus familiares", explicó. Datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación indican que en 2017 fueron detenidos en estaciones del INM 10 mil 740 niños extranjeros acompañados, mientras que en los primeros cuatro meses de este año la cifra es de 6 mil 368. En tanto, información recopilada por el Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana refiere que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados tiene detenidos los procesos de 3 mil 488 menores de edad que han pedido refugio a México entre octubre de 2017 y mayo de 2018. Se trata de 778 niños y niñas de Venezuela, 834 de El Salvador, mil 649 de Honduras, 210 de Guatemala y otros 17 de diferentes nacionalidades, a los que se les complica el acceso a sus derechos, según el estudio elaborado por Denise González y Felipe Sánchez. Edgar Corzo, Quinto Visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), aseguró que, por disposición legal, no debería haber ningún menor recluido en las estaciones migratorias. "Y el interés superior de la niñez debe llevar a que tanto el menor como los mayores salgan de la estación migratoria y vayan a un centro de atención especial", planteó. 'Quince días encerrada' Los menores migrantes que son llevados a la estación del Instituto Nacional de Migración en Iztapalapa, en la Ciudad de México, no sólo son separados de sus padres o familiares, sino que, durante su estancia, sólo los verán una vez a la semana. Paris Lezama, del programa Dreams, que trabaja al interior de diferentes centros para detectar víctimas de trata, cuenta en entrevista la situación de los niños. Uno de los casos es "Raúl", un hondureño de 12 años, quien fue detenido junto con su madre y separado de ella al llegar a la estación. La mujer fue llevada al área de mujeres y niños menores, y él con los adolescentes. "Estuvo tres semanas ahí, podía ver a su mamá, pero los restringen a una vez a la semana, por media hora. A veces, por la cantidad de migrantes, los dejan verse dos veces por semana", afirma Lezama. "Esto es súper común, lo más común. Yo creo que el 50 o 60 por ciento de los adolescentes están en su situación". A "Raúl" le pidieron que dibujara la estación migratoria y en el papel plasmó la cancha de basquetbol en la que juegan los adolescentes, rodeada por alambres de púas y vigilada por guardias armados postrados en la azotea. Lezama relata el caso de una niña de 13 años que viajaba con su hermano de 8. Tras ser aprehendidos, fueron ingresados al área de mujeres de la estación migratoria. "Ella vivía con su abuela en Guatemala y quería conocer a sus papás en Estados Unidos. El papá se va de su país por la pobreza y el niño o adolescente migra por la reunificación familiar", indica. En su dibujo, ella dejó un mensaje en el que retrata lo que vivió: "Yo quería llegar a los Estados Unidos, pero me agarró la migra y después me tuvieron 15 días encerrada". En el caso de los niños no acompañados por sus padres, la deportación se da hasta que contactan a un familiar en su país de origen. -- REFORMA