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Varias columnas han sido dedicadas al tema petrolero, una de las mayores preocupaciones y un espejo de una política económica gubernamental con pésima visión global del asunto
02:06 lunes 8 junio, 2020
ColaboradoresVarias columnas han sido dedicadas al tema petrolero, una de las mayores preocupaciones y un espejo de una política económica gubernamental con pésima visión global del asunto. Rocío Nahle veía victoria mientras la OPEP reía la incongruencia de no aliarse a la totalidad de países en sus políticas de extracción de crudo, no tardaron los partidarios y defensores morenistas en aplaudir y exponer el asunto como si de un “Viva México Ca…” se tratara, una exposición de falso poder y capacidad de revertir lo que el tiempo va poniendo en su justo lugar. Trump aceptó una reducción mayor para compensar la negativa mexicana y hasta junio se llevaría a cabo un acuerdo que colocó al país como vencedor de una batalla, pero tocado de muerte en una guerra que cobra memoria. La gasolina bajó su precio y, para no perder madruguete y distracción, el Gobierno presumió su excelente política energética y el “apoyo” al precio de las gasolinas como un triunfo populachero más.
No hay fecha que no se cumpla y México terminará un “medio-acuerdo” con un aviso que predecía total desprecio ante las futuras decisiones del bloque, la decisión y el debate energético no tuvo a México en la mesa ignorando a una Rocío Nahle que, ante esta medida despectiva, no tuvo oportunidad de añadir otra puntada más a la galería de despropósitos. México parece estar excluido de la OPEP+, su negativa a la reducción y extensión temporal de la medida es una confirmación hacia una política centrada en un PEMEX que se desmorona. Desde que llegó al poder en 2018, AMLO se ha marcado el objetivo de incrementar la producción y reflotar la endeudada petrolera estatal Pemex, una cabezonería al no abrir la puerta a la modernización energética y seguir en un proyecto en el que los bonos basura reflejan la confiabilidad del mismo. Es entendible un debate con posiciones definidas, la profundidad en el tema es necesaria para tomar postura y no caer simplemente en un nacionalismo mal entendido. Durante el mes de mayo, Nigeria e Irak se saltaron a la torera las medidas de extracción y dejaron en entredicho la palabra de cada país, la OPEP+ no debería dejar pasar este detalle injusto, de nada sirve que el resto acate las medidas si hay naciones que no respetan el acuerdo… México pactó y cumplió, aunque para los defensores de la extracción esto debería ser un tema distinto. La regulación de la OPEP+ es un tema diferente a la necesidad de participación en una economía global inevitable, entiendo el neoliberalisto vs la “4T”, el discurso del ”si se puede” y el derecho a apostar por un proteccionismo que, dicho sea de paso, resulta una total decepción en el tiempo. Los mercados se han vuelto demasiado complejos por el nivel multifactorial que existe sobre ellos, COVID-19, USA, Brexit, Extracción Petrolera… pero también es sabido que se autorregulan en el tiempo y, para todos aquellos que apostaron por un entorno global, proveedor e importador, el lema de la unión hace la fuerza cubre las expectativas y posibilidades necesarias. La apuesta por PEMEX es obsoleta, es necesaria su operación y no es viable desaparecer el proceso en un tiempo corto, pero de cara a la modernidad, la política energética debió aprovechar la tendencia para formar bloques y evolucionar a un ritmo mucho más rápido las posibilidades de cambio en el país, por lo pronto, vamos tarde… Javier Rueda
www.javierrueda.mx