“Saber y no hacer, realmente es no saber.”
Stephen R. Covey
Nuestra experiencia es la mejor maestra.
Jim Rohn, el gran filósofo de negocios estadounidense, escribió “Los 4 sí condicionales que hacen que la vida valga la pena”, uno de ellos, el primero, es:
“La vida vale la pena SI SE APRENDE.”
Nuestra propia experiencia es la mejor maestra. Durante los últimos años usted lo ha estado haciendo bien o lo ha estado haciendo mal. No ignore los últimos cinco años de su vida. Este es un lapso para repasar y evaluar, para ponerlo en la balanza y saber si nos encontramos encarrilados o descarrilados, y así establecer las estrategias y las acciones concretas para corregir desviaciones o de forma definitiva virar y cambiar el derrotero que habíamos establecido en función de nuestras metas y objetivos.
Otra gran manera de aprender es por la experiencia de otros. Si alguien pasa por algo en 5 años y escribe un libro y usted puede leer ese libro en cinco días, eso constituiría una gran ventaja. Pero sólo si lee el libro y lo aplica para mejorar sus experiencias personales. Para tener los grandes tesoros de la vida debemos dedicar esfuerzo extra, tiempo extra, lecturas extras, etc. Esto es lo que hace que la vida sea extraordinaria. La diferencia es el “extra”.
En esta temporada de regreso a clases, los padres de familia y nuestros hijos podemos aprovechar la oportunidad valiosa de aprendizaje al realizar la adquisición de los materiales escolares. Podemos desarrollar una mayor conciencia de la sustentabilidad al reusar, reciclar y confinar adecuadamente el material que se haya empleado en períodos anteriores. Naturalmente las autoridades escolares deben contribuir a ello, no solamente por el desembolso que conlleva hacer uso irracional de los recursos que se tienen disponibles, sino por educar a nuestros niños y jóvenes en la conservación del medio ambiente y por el menor daño ecológico que estaremos provocando.
El verdadero aprendizaje proviene de la experiencia, porque sólo el conocimiento que se lleva a la práctica que se repite constantemente para desarrollar habilidades, queda impreso con tinta indeleble en la mente y en el corazón de las personas. Cuando un alumno asiste a clases, adquiere generalmente conocimientos, si no hace algo con ellos a la mayor brevedad posible, porque dará paso a otros conocimientos que sí pueda aplicar.
Es la experiencia y no el conocimiento lo que nos hará competentes para desempeñar satisfactoriamente determinadas funciones y roles en nuestra sociedad. Por eso, el aprendizaje experiencial es fundamental en los nuevos modelos educativos, para que los estudiantes no se vean forzados a regurgitar como pericos el día del examen lo que el profesor les dicte, sin siquiera haberlo comprendido, sino que apliquen sus conocimientos, capacidades, habilidades, actitudes y valores para superar retos y contribuir a dejar un mejor planeta a las futuras generaciones.
*Profesor, investigador, conferencista y periodista. Tecnológico de Monterrey. [email protected]