Hace unos días Andrés Manuel López Obrador dijo que pese a la situación de bancarrota del país, cumplirá con sus compromisos de campaña y que si hay una crisis económica será por causas externas o mal manejo de Banxico. Se desataron las críticas y la controversia por si México está quebrado, en bancarrota, o en quiebra. Yo lo que creo es que México está roto. Es el México roto por la pobreza, por la falta de expectativas, por la desesperanza de los padres por no poder sacar adelante a sus hijos. El México roto más doloroso es el de las víctimas de homicio, con todos los descuidos y omisiones de autoridades encargadas de investigar este delito. Este 2018 hemos tenido meses con cifras de asesinatos que hace 20 años no se presentaban en territorio nacional. Delitos cada vez más frecuentes, más violentos y más impunes. ¿Y el México que deja familias rotas, niños desamparados? Lo que hace 25 años se lograra visibilizar en Ciudad Juárez como es la violencia contra las mujeres y su asesinato, hoy los feminicidios se han extendido a todo México. Recientemente organismos internacionales han señalado que, pese a los esfuerzos del gobierno mexicano, aún se requieren adoptar medidas “urgentes” para prevenir, investigar y juzgar las muertes violentas y desapariciones de mujeres en el país. Pero las autoridades y los legisladores no quieren escuchar esas voces. Qué decir del México roto por la corrupción, por su clase política depredadora; por sus legisladores voraces, independiente de su partido de origen, a esos hombres y mujeres no representan a los ciudadanos, se representan sólo a ellos mismos. No es casual el resultado de las pasadas elecciones del 1 de julio. El otro México roto, devastador, es el de las desapariciones, los secuestros. El presidente electo, escuchó esas voces adoloridas por la muerte inexplicable de hijos, hijas, padres, madres, hermanos; en una reunión dolorosa aceptó la propuesta de trabajo elaborada por colectivos y defensores de derechos humanos para crear un sistema de justicia transicional que garantice reparación y justicia para las víctimas de la violencia. Ese México si está quebrado, por el dolor profundo de la pérdida, de la injusticia, de la falta de investigación, de la policía aliada con la delincuencia, en vez de estar comprometida con las víctimas, con un duelo inconcluso para siempre Por eso creo que éste no es este un país en quiebra, es un país roto.