Es tal la animadversión contra todo lo que haga el gobierno que muchos prefirieron resaltar el “gran” daño a las finanzas de los grupos aeroportuarios Fue muy triste ver la cobertura mediática que recibió la noticia de que el gobierno bajará la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) para los aeropuertos concesionados que operan empresas privadas como el Grupo Aeroportuario del Sureste o el Grupo Aeroportuario del Pacífico. Pareció que muchos olvidaron el beneficio de esta reducción para el consumidor, que pagará menos por sus boletos de avión.  Pero es tal la animadversión contra todo lo que haga el gobierno que muchos prefirieron resaltar el “gran” daño a las finanzas de los grupos aeroportuarios.  Es curioso, porque cuando han ocurrido reducciones en los peajes carreteros en autopistas como la Del Sol (de México a Acapulco), o la de México a Toluca, los titulares periodísticos enfatizaron el ahorro para el automovilista. Pero ahora no. Ahora el consumidor quedó en último plano, a pesar del posible beneficio por la reducción de la TUA. Lo que más preocupó en el debate nacional fue el golpe a las finanzas de ASUR, OMA y GAP.  ¿Por qué ocurre eso? La razón parece ser la disfunción prevalente en el diálogo del gobierno con el sector privado. Así, cualquier acción regulatoria que haga el gobierno en materia tarifaria, incluso dentro de sus facultades, es vista con agrio recelo por parte del sector privado. Hay un condicionamiento patológico en la psique del sector empresarial. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene la culpa de este trauma, por haber desestimado la relevancia de un diálogo continuo. Sin embargo los empresarios no han asistido, como debieran, a su propia terapia.  Los grupos aeroportuarios ganan mucho dinero, y no nada más de la TUA. El año pasado la empresa que preside Laura Diez-Barroso, Grupo Aeroportuario del Pacífico, que gestiona el aeropuerto de Guadalajara, logró una utilidad neta de $9 mil 185 millones de pesos y un EBITDA de $16 mil 128 millones. Ambas son cifras récord para sus accionistas. A su vez ASUR, que gestiona Cancún, amasó una utilidad neta de $10 mil 645 millones en 2022: “este incremento se debió principalmente a causa del incremento de 49.6 y 37.2 por ciento en los servicios aeronáuticos y no aeronáuticos”, señaló la empresa que preside Fernando Chico Pardo.  Los aeropuertos no solo ganan dinero por la TUA. ASUR obtuvo 53 por ciento de sus ingresos por servicios aeronáuticos, sí; pero el resto de su facturación corresponde a servicios no aeronáuticos y de construcción.  En adición, gran parte de los ingresos por servicios aeroportuarios no corresponden a la TUA, sino al cobro a las aerolíneas por el estacionamiento de las aeronaves y el uso de las pistas y terminales.  Los aeropuertos privados mexicanos están bien administrados, y tienen derecho a ganar mucho dinero. Lo que no se vale es que el debate nacional vea el hecho de bajar la Tarifa de Uso Aeroportuario como una catástrofe apocalíptica. No es así. POR CARLOS MOTA

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