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La “ventana de oportunidades” para salvar el planeta “se cierra rápidamente”
17:43 lunes 10 noviembre, 2025
Mundo
Líderes políticos, de la ciencia, del activismo y del arte marcarán el pulso de la conferencia climática de la ONU hasta el 21 de noviembre en la ciudad de Belém, corazón de la mayor selva tropical del mundo, clave contra el cambio climático.
La Conferencia de las Partes (COP), el órgano supremo de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), que se realizará desde este lunes en Brasil, será la primera en la Amazonía y marca una década del Acuerdo de París.
La COP30 representa una oportunidad histórica para que Brasil reafirme su papel de liderazgo en las negociaciones sobre cambio climático y sostenibilidad global”, señala la página web oficial del evento.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió en la apertura de la cumbre de líderes previa a la COP30 que la “ventana de oportunidades” para salvar el planeta “se cierra rápidamente”.
La elección de Belém generó polémica debido a su limitada infraestructura, que encareció los precios y complicó la llegada de pequeñas delegaciones y ONG. Nunca antes esta ciudad había acogido un evento internacional de tal magnitud.
El gobierno brasileño destinó fondos para alojar gratuitamente a delegados de los países más pobres en dos cruceros fletados.
Lula defendió que las negociaciones maratónicas debían realizarse en la Amazonía por ser un símbolo de la importancia de las selvas que absorben carbono.
Un total de 170 países participarán en la COP30, pero Estados Unidos, segundo mayor contaminador del mundo, no envió una delegación, así como tampoco China, India y la mayoría de los líderes del G20.
Para la presidencia brasileña, el objetivo de la COP30 es salvar la cooperación internacional 10 años después del Acuerdo de París.
Brasil busca que la COP30 consagre compromisos concretos y organice un seguimiento de las promesas pasadas: reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, asistencia financiera y desarrollo de energías renovables.
El año 2025 se perfila como uno de los más cálidos jamás registrados tras más de una década de altas e inéditas temperaturas, aunque la tendencia aún se puede revertir con medidas concretas, afirmó Naciones Unidas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, explicó que el umbral de 1.5°C con respecto a la era preindustrial se superaría inevitablemente durante este siglo.
El camino hacia un futuro viable es cada día más difícil. Pero no hay razón para rendirse”, dijo el martes en un mensaje de video.
Los científicos insisten en el peligro que supone cada décima de grado de calentamiento por encima de 1.5°C, que conllevarán efectos imprevisibles para los ecosistemas y la vida humana, entre olas de calor, sequías, incendios, inundaciones, tormentas, aumento del nivel del mar, daños a la biodiversidad, etc.
El director del Instituto para la Investigación del Clima de Potsdam (PIK), Johan Rockström, estima que quizá queden entre 50 y 70 años de esfuerzos drásticos por delante antes de poder volver a quedar por debajo de ese umbral de 1.5°C.
No hay pruebas que demuestren que podamos adaptarnos a nada por encima de 2°C”, añadió. En cuanto a 3°C, sería “el modo desastre” para miles de millones de habitantes del planeta, advirtió Rockström, que forma parte del equipo de asesores del secretario general de la ONU.
Buena parte del mundo en desarrollo sigue insatisfecha tras el acuerdo del año pasado en Bakú sobre financiación climática y quiere volver a poner el tema sobre la mesa.
Las energías renovables y la protección de los bosques y los océanos, indispensables para la absorción de carbono, también son prioridades.
BELÉM SE ADAPTÓ PARA SER LA SEDE
La reunión de líderes de la COP30 ha supuesto un gran desafío logístico para Belém, una ciudad pobre y con reducida capacidad hotelera.
Las autoridades aprovecharon para dar una cara nueva a la ciudad de casi 1.4 millones de habitantes, de los cuales la mitad habitan en favelas y viven de la pesca.
Los residentes celebraron la inversión en infraestructura en la ciudad, que también ganó un puente hacia el puerto.
Los cruceros MSC Seaview y Costa Diadema, con capacidad para 6 mil personas, llegaron de Europa para proporcionar espacio adicional a los delegados extranjeros que se concentran en Belém.
Pero grupos ambientalistas subrayaron la ironía de que cruceros, grandes consumidores de combustible, emisores de carbono y contaminantes del agua, alberguen a delegados de una conferencia para salvar el planeta.
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Con información de Excélsior