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Autoridades buscan que los museos Smithsonian restauren una historia “unificadora e inspiradora” de los valores de EU
10:01 miércoles 13 agosto, 2025
MundoLa Casa Blanca ordenó una evaluación de las exhibiciones de los principales museos en Washington para asegurar su “alineamiento” con la visión de Estados Unidos promovida por el presidente Donald Trump y “eliminar las narrativas divisorias o partidarias”. La revisión —plasmada en una carta dirigida al secretario de la Smithsonian Institution, Lonnie Bunch— abarcará textos curatoriales, conservación, materiales educativos, programación y contenido digital de ocho museos de la red, entre ellos el Museo Nacional de Historia Estadunidense, el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroestadunidense y el Museo Nacional del Indígena Americano. El documento, publicado en el sitio web de la Casa Blanca, define el proceso como una “revisión interna exhaustiva de determinados museos y exhibiciones Smithsonian” para garantizar “un alineamiento con las directivas del presidente de celebrar el excepcionalismo estadunidense, eliminar las narrativas divisorias o partidarias y restaurar la confianza en nuestras instituciones culturales compartidas”. El plan fija plazos: 30 días para elevar materiales y 120 días para implementar cambios, con vistas a las conmemoraciones por el 250 aniversario de la independencia en 2026. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha impulsado una agenda de “reencuadre cultural” que ya había asomado con la 1776 Commission durante su primer mandato y que ahora vuelve a colocar a los museos en el centro del debate sobre cómo narrar el pasado. La comisión publicó en 2021 un informe que abogaba por una historia “unificadora e inspiradora” y criticaba lo que llamó enfoques “divisivos”. Aunque el informe fue muy cuestionado por historiadores, las nuevas directrices reeditan aquella tensión entre independencia curatorial y orientación política. El Smithsonian, por su parte, subrayó su independencia académica. En un mensaje reciente, la institución recordó que “su trabajo se basa en un profundo compromiso con la excelencia académica, investigación rigurosa y la presentación precisa y objetiva de la historia”. Y añadió: “Estamos revisando la carta con este compromiso en mente (…) y continuaremos colaborando constructivamente con la Casa Blanca, el Congreso y nuestro Consejo de Regentes”. Fuera de micrófono, el equipo de Bunch ha reiterado que el complejo seguirá contando “historias multifacéticas” de Estados Unidos, una posición que ya expresó en abril ante presiones políticas sobre contenidos. El movimiento llega cuando la propia red Smithsonian prepara “Our Shared Future: 250”, un programa que busca celebrar logros, reflexionar sobre consecuencias históricas y conmemorar sacrificios, en línea con iniciativas desplegadas por el Museo Nacional de Historia Estadunidense. Esa hoja de ruta institucional convive con un financiamiento mixto: en el año fiscal 2024, la asignación federal superó los mil millones de dólares, a los que se suman fondos propios, donaciones y patrocinios. La gobernanza recae en una Junta de Regentes de 17 miembros, donde el vicepresidente y el presidente de la Corte Suprema se sientan como miembros natos junto con legisladores y ciudadanos.
Críticos del sector cultural advierten que someter las salas a un “alineamiento” político entraña riesgos para la credibilidad pública y el trabajo de investigación, especialmente en temas sensibles como la esclavitud, los pueblos indígenas, las guerras o los movimientos por derechos civiles. La Casa Blanca argumenta, en cambio, que la revisión busca “unidad, progreso y valores perdurables” y una representación “históricamente rigurosa” que celebre el excepcionalismo nacional. La controversia, en lo inmediato, promete trasladarse a los consejos asesores de cada museo, a los comités del Congreso y al propio Consejo de Regentes, en un calendario comprimido por la cercanía de 2026.
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La cuestión no es menor para una red que recibe decenas de millones de visitantes al año y que acumula colecciones de referencia mundial. Si algo anticipan los preparativos del 250, es que el relato del pasado —y quién lo enmarca— será uno de los campos de batalla culturales más visibles de los próximos meses. Con información de Excélsior.