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Se ha privilegiado el beneficio económico privado por encima del derecho colectivo al territorio
01:52 jueves 1 mayo, 2025
JaliscoLa gentrificación se ha convertido en un fenómeno cada vez más visible y conflictivo en diversos destinos turísticos de México. Lo que inicialmente parecía ser una oportunidad para atraer inversión extranjera, hoy genera tensiones sociales, desplazamiento de comunidades locales y apropiación indebida del espacio público, declaró en entrevista para “Así las Cosas” el Dr. José Alfonso Baños Francia, urbanista y académico del Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara. Recientes incidentes en Mazatlán y Bahía de Banderas han desatado la indignación ciudadana. En Mazatlán, un presunto extranjero intentó retirar a un trabajador que comía en la banqueta frente a su residencia. En Bahía de Banderas, otra persona, también presuntamente extranjera, impidió el acceso a la playa argumentando una supuesta concesión privada. En ambos casos, las redes sociales sirvieron como plataforma de denuncia y organización ciudadana, derivando incluso en protestas simbólicas frente a las viviendas involucradas.
"Estamos viendo cómo este modelo de desarrollo ha privilegiado el beneficio económico privado por encima del derecho colectivo al territorio", señaló el Dr. Baños. Recordó que, de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución, la propiedad de la tierra es de la nación, y que las playas son bienes nacionales de acceso libre para todas las personas. Una de las principales consecuencias de la gentrificación en zonas turísticas es el desplazamiento de la población local, que ya no puede acceder a vivienda en sus propias comunidades debido al alza desmedida de precios impulsada por la demanda extranjera. De acuerdo con datos recientes, hasta 95 propiedades al día son adquiridas por extranjeros, siendo los estadounidenses y canadienses quienes encabezan las compras. "La responsabilidad no es del extranjero en sí, sino del sistema que hemos construido y no cuestionado", subrayó Alfonso Baños. Señaló que mientras se sigan promoviendo desarrollos inmobiliarios sin políticas de integración residencial, la desigualdad seguirá ampliándose.
El urbanista también destacó que en ciudades como Guadalajara, que no son destinos turísticos, ya se ha vuelto casi imposible acceder a una vivienda digna: se requiere un ingreso mensual de más de 120 mil pesos, mientras las rentas oscilan entre 20 mil y 30 mil pesos. En zonas turísticas como la Bahía de Banderas, el escenario es aún más excluyente. José Alfonso Baños hizo un llamado urgente a repensar el modelo de desarrollo urbano, apostando por políticas que garanticen el acceso equitativo a la vivienda, respeten los espacios públicos y aseguren la participación ciudadana en la toma de decisiones. También advirtió que, si no se corrigen estas desigualdades, las manifestaciones sociales podrían escalar más allá de lo simbólico. "Estamos a tiempo de actuar, aunque ya vamos tarde. Necesitamos construir territorios compartidos, no ciudades exclusivas para quienes pueden pagar más", finalizó.