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Los trabajos comenzaron en la zona de Santa Teresa, Nuevo México
20:30 miércoles 20 agosto, 2025
MundoEl gobierno de Estados Unidos comenzó a pintar de negro el muro fronterizo con México, con el objetivo de que la estructura absorba más calor y se vuelva más difícil de escalar para los migrantes. La medida fue anunciada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien detalló que la iniciativa responde directamente a una petición del presidente Donald Trump.
Según Noem, el plan contempla no solo reforzar con tecnología la vigilancia en la línea divisoria —a través de cámaras, sensores y sistemas de detección—, sino también modificar el color del muro como parte de una estrategia de seguridad. “Esto es específicamente a petición del presidente. Cuando algo se pinta de negro, se calienta aún más, lo que dificulta aún más que la gente lo suba”, afirmó en conferencia de prensa.
Inicio de trabajos en Nuevo México
Los trabajos comenzaron en la zona de Santa Teresa, Nuevo México, aunque la intención es abarcar la totalidad del muro en la frontera sur. De acuerdo con las estimaciones oficiales, actualmente se construyen alrededor de 800 metros de muro por día, y la aplicación de la pintura se sumará al proceso de ampliación y mantenimiento de esta infraestructura.
El proyecto forma parte del paquete legislativo conocido como One Big Beautiful Bill Act, que destinó cerca de 46 mil millones de dólares para completar el muro. Dentro de esa inversión, se ha calculado que la pintura negra tendrá un costo adicional de 1.2 millones de dólares por milla, lo que eleva el gasto total a más de 500 millones de dólares solo para este componente estético-funcional.
Objetivos y críticas a la medida
Además del objetivo de dificultar el cruce irregular, las autoridades aseguran que la pintura también ayudará a reducir la oxidación del metal y a prolongar la vida útil de la estructura. Sin embargo, la decisión ha generado críticas entre analistas y opositores, quienes consideran que el alto costo de la medida no garantiza una efectividad real para detener la migración y responde más a un gesto político que a una solución práctica.
Organizaciones de derechos humanos y especialistas en temas fronterizos advierten que, lejos de frenar los intentos de cruce, la medida podría incrementar los riesgos para quienes traten de escalar el muro en condiciones extremas de calor, aumentando la posibilidad de lesiones graves o incluso muertes.
Una estrategia integral de seguridad fronteriza
Mientras tanto, la administración estadunidense insiste en que se trata de un refuerzo necesario dentro de un plan integral de seguridad fronteriza que combina infraestructura física, tecnología de vigilancia avanzada y presencia de agentes. Con ello, busca enviar un mensaje de firmeza en el control de la frontera sur en medio de un debate nacional marcado por la migración irregular y sus consecuencias humanitarias.
N. de la R. La decisión de pintar el muro fronterizo de negro no es nueva: durante la administración Trump (2017-2021), el presidente ya había propuesto esta medida, argumentando que el calor absorbido por la pintura haría más difícil su escalada. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. evaluó esta opción y determinó en 2020 que pintarlo costaría cientos de millones de dólares adicionales sin pruebas concluyentes de su eficacia en términos de disuasión.
Santa Teresa, Nuevo México, es una zona crítica en términos de cruces fronterizos debido a su cercanía con Ciudad Juárez, Chihuahua, y su relativa baja vigilancia en comparación con otros tramos del muro. Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), en el año fiscal 2024 se registraron más de 2.2 millones de encuentros con migrantes en toda la frontera sur, siendo Texas y Arizona los estados con mayor actividad, aunque Nuevo México ha mostrado incrementos sostenidos.
El One Big Beautiful Bill Act, aprobado por el Congreso en 2025, no solo destina fondos para el muro, sino también para contratar más agentes fronterizos, mejorar los sistemas de detención migratoria y reforzar los tribunales migratorios. Sin embargo, según un análisis del Congressional Budget Office (CBO), el costo de 1.2 millones de dólares por milla para pintar el muro negro representa un gasto considerable, que ha sido criticado por legisladores demócratas como un uso ineficiente de recursos.
Diversos estudios, como el publicado por la organización Human Rights Watch y la Universidad de California en San Diego, advierten que el endurecimiento de medidas físicas en la frontera no ha reducido significativamente los flujos migratorios, sino que ha desplazado las rutas hacia zonas más peligrosas, incrementando el número de muertes. En 2024, la organización Border Network for Human Rights documentó más de 900 fallecimientos de migrantes en intentos de cruce, cifra récord desde que se tienen registros.
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Aunque el gobierno estadunidense plantea esta acción como parte de una estrategia integral, varios exfuncionarios de seguridad nacional, como el exjefe de CBP, Gil Kerlikowske, han señalado que la eficacia de barreras físicas es limitada si no se atienden las causas estructurales de la migración, como la violencia, pobreza y cambio climático en los países de origen. Además, organismos como la American Civil Liberties Union (ACLU) han interpuesto demandas argumentando que estos proyectos violan derechos humanos y leyes ambientales.
Con información de Excélsior