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La aprobación anunciada por la FDA corresponde a un uso terapéutico específico de la leucovorina en presentación oral
18:10 lunes 22 septiembre, 2025
MundoLa agencia reguladora de medicamentos de Estados Unidos aprobó un medicamento a base de leucovorina que combate la deficiencia cerebral de folato, que ha sido asociada con el autismo, informó este lunes el Departamento de Salud.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) anunció en el Registro Federal estadounidense la aprobación de la leucovorina, una forma concentrada de ácido fólico. El ácido fólico se da a las mujeres embarazadas para el desarrollo saludable de los bebés.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado formalmente un medicamento a base de leucovorina cálcica, una forma activa de ácido folínico, para el tratamiento de la deficiencia cerebral de folato (DCF), una condición neurológica que ha sido asociada con algunos casos de trastorno del espectro autista (TEA). La decisión fue publicada esta semana en el Registro Federal y confirmada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
¿Qué es la deficiencia cerebral de folato?
La deficiencia cerebral de folato es una condición poco común caracterizada por niveles anormalmente bajos de 5-metiltetrahidrofolato (5-MTHF) en el líquido cefalorraquídeo, a pesar de niveles normales de folato en sangre. Esta deficiencia se ha vinculado a síntomas neurológicos que incluyen retrasos en el desarrollo, dificultades del habla, convulsiones, y en algunos casos, síntomas del espectro autista.
Estudios recientes, como los de Frye et al. (2013) y Ramaekers et al. (2020), han documentado casos donde niños con autismo presentaban deficiencia de folato en el sistema nervioso central debido a la presencia de autoanticuerpos contra el receptor de folato alfa (FRα). Esta condición bloquea el transporte adecuado del folato hacia el cerebro.
¿Qué es la leucovorina?
La leucovorina cálcica, también conocida como ácido folínico, es una forma reducida de folato que puede cruzar la barrera hematoencefálica incluso cuando hay presencia de estos autoanticuerpos. A diferencia del ácido fólico sintético (vitamina B9), la leucovorina no necesita ser metabolizada por la enzima dihidrofolato reductasa, lo que la convierte en una opción terapéutica directa y efectiva en casos de alteraciones en el transporte o metabolismo del folato.
¿Qué aprobó exactamente la FDA?
La aprobación anunciada por la FDA corresponde a un uso terapéutico específico de la leucovorina en presentación oral y parenteral para el tratamiento de la deficiencia cerebral de folato con evidencia inmunológica (es decir, pacientes con autoanticuerpos anti-FRα). El medicamento había sido utilizado previamente como rescate en quimioterapia (particularmente en tratamientos con metotrexato) y para ciertos tipos de anemia megaloblástica, pero no contaba con una indicación oficial para condiciones neurológicas vinculadas al TEA.
Según el anuncio publicado en el Federal Register el lunes 16 de septiembre de 2025 (Vol. 90, No. 181), el medicamento ha recibido una designación de uso huérfano, lo que facilita su disponibilidad para enfermedades raras o poco comunes.
Relación con el autismo: un terreno aún en estudio
Aunque no se ha establecido una causalidad directa entre la deficiencia de folato cerebral y el autismo, sí se han documentado mejoras clínicas en niños con TEA tratados con leucovorina, particularmente en habilidades del lenguaje y comportamiento adaptativo.
Un estudio doble ciego publicado en Molecular Psychiatry (Frye et al., 2018) mostró que el tratamiento con leucovorina durante 12 semanas produjo mejoras significativas en la comunicación verbal en niños con TEA que presentaban autoanticuerpos anti-FRα.
Implicaciones clínicas
La aprobación de la FDA podría cambiar el paradigma terapéutico para un subgrupo específico de pacientes con autismo que presenten biomarcadores compatibles con DCF. El tratamiento con leucovorina puede permitir una mejora funcional al restaurar los niveles de folato en el sistema nervioso central.
No obstante, los expertos advierten que este tratamiento no es una “cura para el autismo”, sino una intervención dirigida a una causa secundaria y tratable en ciertos individuos dentro del espectro.
Seguridad y perfil de efectos secundarios
La leucovorina ha demostrado un perfil de seguridad relativamente favorable. Los efectos secundarios reportados en ensayos clínicos han sido leves y transitorios, como insomnio, irritabilidad o molestias gastrointestinales. No se han observado eventos adversos graves en las dosis utilizadas para DCF.
Aun así, la FDA ha recomendado el seguimiento clínico estrecho de los pacientes que inicien esta terapia, incluyendo pruebas de niveles de folato en LCR y detección de autoanticuerpos anti-FRα.
¿Cómo se diagnostica la deficiencia cerebral de folato?
El diagnóstico requiere un estudio del líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar para cuantificar el 5-MTHF, así como un panel inmunológico para detectar autoanticuerpos anti-FRα. Actualmente, laboratorios especializados como Molecular Diagnostics of America o The Fragile X Research Foundation ofrecen estas pruebas en Estados Unidos.
Rol del ácido fólico en el embarazo y más allá
El ácido fólico (vitamina B9) es ampliamente recomendado durante el embarazo para prevenir defectos del tubo neural como la espina bífida. Sin embargo, la leucovorina actúa en un nivel más específico y clínicamente dirigido. Su uso en neurología pediátrica está creciendo, especialmente en el contexto del autismo, epilepsia resistente y otros síndromes neurodegenerativos.
Reacciones de la comunidad médica
Organizaciones como la American Academy of Pediatrics y la Autism Research Institute han recibido positivamente la noticia, aunque piden más estudios longitudinales que evalúen el impacto del tratamiento con leucovorina en el desarrollo neurológico a largo plazo.
Acceso y disponibilidad
La leucovorina aprobada estará disponible bajo prescripción médica especializada, y se espera que las principales farmacias hospitalarias comiencen su distribución en EE.UU. a partir de noviembre de 2025. También se está evaluando su inclusión en ciertos programas de cobertura médica pública, como Medicaid.
Investigación futura
La FDA ha solicitado a los laboratorios que continúen evaluando el fármaco en ensayos clínicos de fase III, enfocándose en biomarcadores genéticos, neuroimagen funcional, y medidas de desarrollo cognitivo en niños con TEA.
Además, se están iniciando estudios en Europa y América Latina para evaluar la prevalencia de DCF y la respuesta clínica a leucovorina en poblaciones con autismo.
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La aprobación de la leucovorina para la deficiencia cerebral de folato marca un avance significativo en la medicina personalizada aplicada al autismo y otras condiciones neurológicas. Aunque no representa una cura, sí ofrece una nueva herramienta terapéutica con base científica sólida para un subgrupo de pacientes que hasta ahora no contaban con tratamientos específicos.
Con información de Excélsior