Rusia celebra el aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi con un gran desfile militar, bajo la sombra de los fracasos en Ucrania, el enfrentamiento con Occidente y el temor a nuevos ataques. Tras 15 meses de ofensiva en Ucrania, el ejército ruso parece debilitado por las bajas, los reveses en el campo de batalla y las tensiones entre el Estado Mayor y los paramilitares del Grupo Wagner. Las fuerzas rusas siguen además empantanadas en Bahamut, una ciudad del oriente ucraniano que no logran tomar del todo después de meses de combates. El presidente Vladimir Putin, bajo orden de arresto de la Corte Penal Internacional, pronunciará un discurso ante miles de soldados en la Plaza Roja de Moscú. A su lado estarán al menos seis líderes del espacio postsoviético, entre ellos el primer ministro de Armenia y el presidente kazajo. "Pese al serio debilitamiento de su posición global desde el 24 de febrero de 2022, Rusia sigue siendo en cierto modo la metrópolis de un antiguo imperio cuyos actos deben tomarse en cuenta", apuntó el analista político Arkadi Dubnov. Las celebraciones del aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en 1945 tendrán lugar en medio de fuertes medidas de seguridad, después de que se multiplicaran los ataques en territorio ruso atribuidos por Moscú a Kiev. Dichos ataques se producen cuando se anuncia como inminente una amplia contraofensiva ucraniana, destinada a intentar recuperar, con la ayuda del armamento entregado por los aliados occidentales, los territorios ocupados por Rusia en el sur y el este del país. El ataque más espectacular, aunque sujeto a muchos interrogantes, fue uno con dos drones la semana pasada sobre el Kremlin. Moscú lo presentó como un intento de asesinar a Putin. Ucrania desmintió estar detrás y dio a entender que lo sucedido pudo ser obra de un movimiento rebelde interno o una provocación del poder ruso. Igualmente hubo en las últimas semanas ataques a instalaciones energéticas rusas, sabotajes de vías férreas o el intento de asesinato del escritor nacionalista Zajar Prilepin, que este sábado resultó herido por una explosión en su vehículo. El resultado fue que varios desfiles y actos previstos en distintas ciudades del país fueron anulados, en particular en las regiones fronterizas con Ucrania y en la anexionada península de Crimea, por temor al riesgo terrorista, como dijeron las autoridades rusas. En Moscú incluso se canceló la tradicional marcha del regimiento de los inmortales, que reúne a decenas de miles de rusos en las calles de la capital, con fotos de veteranos o de parientes fallecidos en la Segunda Guerra Mundial. "Cuando tenemos enfrente a un Estado que patrocina el terrorismo, es mejor tomar medidas preventivas", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, refiriéndose a Ucrania. Según enfatizó, para el desfile se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias. En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se encontraba el martes en la capital ucraniana para conmemorar el "Día de Europa", que celebra la paz y la unidad del continente europeo. Poco antes de su llegada, resonaron en Kiev las sirenas antiaéreas durante dos horas. Las celebraciones del aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en 1945 tendrán lugar en medio de fuertes medidas de seguridad, después de que se multiplicaran los ataques en territorio ruso atribuidos por Moscú a Kiev. Dichos ataques se producen cuando se anuncia como inminente una amplia contraofensiva ucraniana, destinada a intentar recuperar, con la ayuda del armamento entregado por los aliados occidentales, los territorios ocupados por Rusia en el sur y el este del país. El ataque más espectacular, aunque sujeto a muchos interrogantes, fue uno con dos drones la semana pasada sobre el Kremlin. Moscú lo presentó como un intento de asesinar a Putin. Ucrania desmintió estar detrás y dio a entender que lo sucedido pudo ser obra de un movimiento rebelde interno o una provocación del poder ruso. Igualmente hubo en las últimas semanas ataques a instalaciones energéticas rusas, sabotajes de vías férreas o el intento de asesinato del escritor nacionalista Zajar Prilepin, que este sábado resultó herido por una explosión en su vehículo. El resultado fue que varios desfiles y actos previstos en distintas ciudades del país fueron anulados, en particular en las regiones fronterizas con Ucrania y en la anexionada península de Crimea, por temor al riesgo terrorista, como dijeron las autoridades rusas. En Moscú incluso se canceló la tradicional marcha del regimiento de los inmortales, que reúne a decenas de miles de rusos en las calles de la capital, con fotos de veteranos o de parientes fallecidos en la Segunda Guerra Mundial. "Cuando tenemos enfrente a un Estado que patrocina el terrorismo, es mejor tomar medidas preventivas", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, refiriéndose a Ucrania. Según enfatizó, para el desfile se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias. En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se encontraba el martes en la capital ucraniana para conmemorar el "Día de Europa", que celebra la paz y la unidad del continente europeo. Poco antes de su llegada, resonaron en Kiev las sirenas antiaéreas durante dos horas. Las fuerzas aéreas ucranianas afirmaron haber derribado por la noche unos 15 misiles aéreos enemigos en el espacio aéreo alrededor de Kiev. Según informaciones preliminares, no hubo víctimas ni daños significativos, informó la administración militar local en Telegram. Ucrania renunció este año a las conmemoraciones del 9 de mayo, como manda la tradición soviética y rusa. A partir de ahora celebrará la victoria sobre el nazismo el 8 de mayo, al igual que Occidente. El 9 de mayo, en cambio, Ucrania celebra el Día de Europa, como el resto de la Unión Europea, en la que aspira a entrar como Estado miembro algún día. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, estará precisamente en Kiev para reafirmar el apoyo indefectible a Ucrania. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió este lunes a Rusia la misma derrota que la que sufrió el III Reich en la Segunda Guerra Mundial. Con información de El Heraldo de México.