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Más aún, queda la impresión de que el anuncio ha sido apresurado por la necesidad política de los dos gobiernos. El de Trump, para romper con una serie
00:02 sábado 10 mayo, 2025
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Políticamente necesitado de un triunfo, el presidente Donald Trump anunció la realización de un acuerdo comercial con Gran Bretaña, el primero de los muchos que hace unos meses anunció debían haber sido concluidos ya. Positivo, como es, fue descrito de entrada más como un concepto, una intención positiva que aún deberá ser "rellenada" con detalles para negociar completamente. De entrada, el gobierno Trump mantiene el arancel de 10% que anunció a principios de abril para todos los países. Más aún, queda la impresión de que el anuncio ha sido apresurado por la necesidad política de los dos gobiernos. El de Trump, para romper con una serie de noticias negativas en torno al impacto de sus tarifas y de paso, al sostener la tarifa base de 10%, la necesidad de cumplir una promesa y satisfacer a sus electores. Ambas condiciones se traducen en sostener también la imagen de Trump como un maestro negociador. En el caso británico, es un país que se precia de tener una relación especial con Estados Unidos y por su propia situación interna, ansioso de llegar a un acuerdo que le ayudará también en su relación con la Unión Europea. Es un logro importante para el primer ministro Keir Starmer y en alguna medida un reflejo de la simpatía de Trump por los británicos. Pero en sus primeros detalles, se habla de un mayor acceso de productos agrícolas estadounidenses –en especial carne– al mercado británico y una tarifa de importación de 10% para los primeros 100 mil vehículos importados desde Gran Bretaña (que en 2024 vendió 101 mil unidades en EU). Como se refleja en las más de 70 negociaciones que, según Trump, se desarrollan con otros países, está por verse. Por lo pronto, queda claro que el diez por ciento parece la base mínima de aranceles para los productos exportados a Estados Unidos. El por ahora, parcial acuerdo con Gran Bretaña puede ser el modelo a seguir con otras naciones, incluso China, el principal competidor estadounidense en la política y la economía mundiales. La situación con Canadá y México es similar pero distinta. Los tres países forman parte del acuerdo comercial norteamericano (T-MEC por sus siglas en español) a ser renegociado el próximo año y que Trump ahora considera como desfavorable a los intereses de su país. Pero puede ser una postura inicial. Pero la relación con Canadá está en un momento extremadamente bajo a partir de los insultantes señalamientos de Trump sobre la posibilidad de convertirlo en el estado 51 de Estados Unidos, mientras los vínculos con México parecen marcados por las que se ven como amenazas de presiones económicas y aún militares para enfrentar problemas vinculados con delincuencia organizada, de migración a inseguridad y narcotráfico, así como incertidumbres legales. Esos tres países son los principales socios comerciales de Estados Unidos, con un comercio que rebasa en conjunto los dos mil millones de dólares. El intercambio con Gran Bretaña es de unos 150 mil millones de dólares anuales. POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
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@CARRENOJOSE