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06:23 viernes 6 abril, 2018
ColaboradoresEditorial EL UNIVERSAL / Momento de unidad La relación México-Estados Unidos nunca ha sido fácil a lo largo de la historia. Durante casi un siglo, (buena parte del 19 y entrado el 20) la confrontación marcó la pauta. El sentimiento nacionalista incluso estaba anclado al antiamericanismo que prevalecía entre los mexicanos. La Segunda Guerra Mundial significó el principio de un cambio en los vínculos bilaterales. Ante el conflicto bélico, Estados Unidos comprendió la importancia estratégica de México y la conveniencia de tenerlo como aliado y no como enemigo. Los nexos se consolidaron gracias a la diplomacia y a la política. Pocas décadas después los vientos de globalización y libre comercio han llevado la relación a una “sociedad” en la que también participa Canadá, y así se había mantenido en los últimos 25 años hasta que llegó Donald Trump. Desde el arranque de su campaña su antimexicanismo fue manifiesto y en los primeros días de su presidencia uno de los tempranos enfrentamientos que tuvo fue con nuestro país. Además de lo anterior, el factor principal de encono ha sido la pretensión del mandatario estadounidense de levantar un muro a lo largo de la frontera con México con el argumento de detener a migrantes indocumentados y el flujo de drogas. Esta semana Trump la inició con amenazantes mensajes en Twitter —su medio preferido de comunicación— contra nuestro país y se refirió a militarizar la frontera. El miércoles firmó la orden para desplegar hasta 4 mil elementos de la Guardia Nacional “mientras no haya muro”. Ante los señalamientos y agresiones del actual gobierno estadounidense era urgente que en México las fuerzas políticas se unieran, a una sola voz, para reprobar los hechos. El Senado condenó las actitudes amenazantes; los candidatos a la Presidencia reaccionaron en el mismo sentido. Ayer el Presidente de la República, en un discurso a la nación, envió un mensaje a Trump: “Si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de sus Congresos, diríjase a ellos, no a los mexicanos […] Nada ni nadie está por encima de la dignidad de México”. El despliegue de tropas en la frontera común es una acción intimidatoria totalmente deplorable, que no contribuye a la solución de los problemas. México debe seguir apostando al diálogo “con seriedad y espíritu constructivo” y a la “negociación sin miedo”. En esta ruta la unidad es indispensable. Por encima de la contienda electoral en la que se encuentra nuestro país, siempre será necesario cerrar filas ante ofensas externas. Este es el momento.
Frentes Políticos I. Uno solo. Si a Donald Trump se le ocurre una afrenta como la de militarizar la frontera, a los mexicanos no les queda sino reaccionar. Y lo mejor es que lo hacen en unidad. De todos los frentes ha surgido el apoyo al Presidente de México después del posicionamiento oficial de su gobierno. En respuesta al mandatario de EU, Peña le habló duro y claro. “Si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos”. Luego, los aspirantes a la Presidencia lo secundaron, Anaya dijo que “éste es un momento de unidad nacional. No es un tema de campañas”. AMLO comentó: “Por encima de nuestras diferencias está el interés nacional; la patria es primero”. En tanto, Meade destacó la posición de todos los candidatos “en defensa de nuestra soberanía y dignidad nacional”, y Margarita Zavala pidió a Trump dejar a un lado el “discurso de odio” que tanto afecta la relación entre los pueblos. II. Auxilio. Un poco de ayuda a los municipios y gobiernos estatales que nada han podido hacer para contrarrestar el robo de combustibles en sus territorios, es lo que aprobó el Senado. Endurecerá las sanciones por robo de hidrocarburos, con penas de hasta 30 años de prisión y multas de hasta 25 mil veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización vigente. La reforma ya fue avalada en San Lázaro y remitida al Ejecutivo federal para su eventual promulgación. Los legisladores creen que así podrán acabar con este problema, pero ante funcionarios y pobladores coludidos, las medidas no son suficientes. Actualmente, estos delitos se castigan con un máximo de 25 años de prisión y 25 mil días de salario mínimo. Pero sabemos que la ley no espanta a nadie. III. Novato. Mauricio Sahuí, candidato a la gubernatura de Yucatán, no supo cómo sortear a un ciudadano molesto que le reclamó mientras se presentaba ante medios de comunicación. El yucateco lo increpó por lo que consideró la inacción del gobierno tricolor en la entidad, tras ser golpeado y secuestrado. El candidato tricolor sólo guardó silencio y esperó a que alguien le ayudara. No pudo contestar ni mirar a los ojos al ciudadano y su rostro reflejó un total desconcierto y molestia. Los organizadores calmaron al hombre, quien no dejó de exigir una respuesta. La imagen de Sahuí se pulverizó. Si no pudo contestarle a un ciudadano, ¿qué hará cuando tenga a una multitudinaria manifestación a las puertas de su oficina? IV. Broncudos. Gustavo Adolfo Guerrero, fiscal de Nuevo León, acusó que Tamaulipas tira los cuerpos de su violencia en Nuevo León. Así quiso explicar el hallazgo de tres cadáveres en el municipio de Anáhuac. Tiene tres semanas de haber asumido el cargo. “Esperamos en corto tiempo cumplir con las expectativas”, dijo, y descartó que la violencia de estos días sea una bienvenida por parte del crimen organizado. Manuel González, gobernador interino de Nuevo León, recomendó a los neoleoneses no pasar por Reynosa, Tamaulipas, para llegar a EU, a lo que su homólogo tamaulipeco le reviró que comenzara “por su casa”. La política del “yo no fui, fue el vecino”. V. Postura. Margarita Zavala, candidata independiente a la Presidencia, lamentó que el Instituto Nacional Electoral revelara el monto del financiamiento que algunos particulares han proporcionado a su campaña. La esposa del expresidente Calderón se dijo “orgullosa” de quienes aportan recursos a su campaña, y aseguró que se trata de “gente de buena fe. Para mí, cada peso que da cada ciudadano es su esfuerzo, su cariño y su amor al país, y por eso estaré orgullosa del que me da mil pesos, 100 pesos, como del que me da un millón”, puntualizó. ¿Y entonces por qué el lamento, si lo que procedía era felicitar al INE?