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06:13 martes 21 abril, 2020
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / ¿Revocación de mandato?
En medio de las crisis de salud y económica que enfrenta México a raíz del Covid19, no hay espacio en la política responsable para los cálculos electorales personales ni de grupo. En estos momentos, lo que el país requiere es liderazgo y coordinación entre los distintos poderes del Estado, los tres órdenes de gobierno, los sectores privado y social, así como la sociedad en su conjunto. Sobre todo, se necesita generosidad y solidaridad públicas, no sectarismos partidistas. Por eso sorprendió que hace unos días apareciera en la agenda pública el tema de adelantar la fecha para la revocación de mandato y hacerla concurrente con las elecciones intermedias de 2021. Esta idea tuvo corta duración y, afortunadamente, no encontró acuerdo en la Junta de Coordinación Política del Senado de la República. Sin embargo, queda el antecedente de la intentona, y vale la pena exponer ante la ciudadanía los motivos por los cuales la rechazamos desde la oposición. 1. En primer lugar, los ciudadanos deben saber que este tema ya está resuelto, legal y políticamente: producto de un debate intenso, hace meses que todos los partidos, incluyendo Morena, por unanimidad definimos las reglas para la revocación de mandato, y hoy están en la Constitución. Una de esas reglas es que sólo se puede presentar después del tercer año de ejercicio, en este caso en marzo de 2022, y que nunca puede coincidir con procesos electorales para no alterar la equidad de la competencia. 2. En cualquier país y sistema político del mundo (excepto los autoritarios), la revocación de mandato es un instrumento de empoderamiento ciudadano para castigar malos gobiernos. Por eso esta figura no puede ser invocada por el gobierno mismo en una fecha que convenga a sus cálculos electorales, sino por el pueblo (3% de la lista nominal), en la fecha que marque la Constitución. 3. Empalmar la revocación de mandato con las elecciones intermedias de 2021 significaría contaminar las campañas electorales generales con una campaña particular, encabezada por el Presidente. En consecuencia, esto pondría, potencialmente, el poder y los recursos del Estado mexicano para favorecer al oficialismo. Precisamente por este motivo, en el mundo apegado a un Estado democrático de derecho, las revocaciones no son concurrentes con las elecciones. 4. En el mismo tenor, la democracia exige que cada candidata o candidato que va a elecciones gane o pierda el voto popular por sus propio trabajo y mérito, no tomando prestada la popularidad (o falta de ella) del gobierno. Esto, con el fin de evitar que se condicionen votos a programas sociales, entregas de apoyos u otro tipo de uso ilegal de recursos públicos. 5. Finalmente, frente a la emergencia que vive México por la pandemia del Covid19, la iniciativa parecía más un intento para desviar la atención pública de los temas importantes: las deficiencias en el sistema de salud y la necesidad de atenderlas; la crisis económica que vendrá con la pandemia y los problemas de inseguridad. México y los mexicanos merecemos una respuesta técnica, sensible y responsable ante los problemas desatados por el coronavirus, no un distractor electoral. Desde la oposición estamos dispuestos, y así lo hemos hecho, a trabajar junto al gobierno y la sociedad en un esfuerzo nacional para enfrentar juntos esta emergencia; pero lo haremos desde las propuestas serias y las soluciones concretas, con visión de Estado, altura de miras y sin jugar con nuestra democracia.
Frentes Políticos 1. Decisión humanitaria, Para evitar que puedan contagiarse de coronavirus, la consejería jurídica de Presidencia alista la preliberación de 400 personas mayores de 65 años de edad que se encuentran en centros de reclusión y que han compurgado más del 70% de su condena. De acuerdo con Julio Scherer, consejero jurídico de la Presidencia, en las preliberaciones no se contempla a las personas que hayan cometido delitos graves. Más allá de las críticas que pueda originar la decisión, de lo que se trata es de salvar el mayor número de vidas y dicha población corre riesgos en su salud si es que contraen la nueva enfermedad, explicó. Queda muy claro para quienes saben que es la decisión más apropiada. Opositores del PRI y del PAN no deberían usar este tema para sacar raja política. Pero lo harán. 2. Avance tangible. El Senado avaló en lo general el dictamen que crea la Ley de Amnistía, con 68 votos a favor, 14 en contra y 3 abstenciones. El senador Ricardo Monreal aclaró que esta ley es un instrumento de justicia para preliberar a quienes, por su condición, padecen injusticias o vejaciones, “nunca se ha referido que se le otorgue libertad a reos de alta peligrosidad”. Días antes, Olga Sánchez Cordero, titular de la Secretaría de Gobernación, destacó que la amnistía que el Ejecutivo federal propone “busca subsanar la injusticia que provoca la pobreza, la marginación, la exclusión social, provocando que mujeres, jóvenes e indígenas estén en prisión por delitos menores ya sea del ámbito federal o local”. O lo que es lo mismo, justicia social, un tema que otras administraciones ni voltearon a ver. 3. Aplauso a los héroes. El gesto de apoyo que tuvo Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de los senadores de Morena, rinde honores a quienes hoy se lo merecen más que nadie. Desde el pleno pidió un minuto de aplausos para los médicos, enfermeras y enfermeros, camilleros, choferes de ambulancia, laboratoristas, químicos y todo el personal de salud que hace frente al COVID-19. Participaron todos los grupos parlamentarios. Monreal reiteró, en nombre de los mexicanos, el agradecimiento que se les tiene porque son quienes arriesgan sus vidas y las de sus familiares para salvar las nuestras. Aplauso a la valentía y a la vocación de servicio. Son un ejemplo de dedicación y hoy los necesitamos más que nunca. El Senado se comportó a la altura. El resto de los mexicanos debemos hacerlo también. Muchas gracias. 4. Ni falta hicieron. Los legisladores panistas no quisieron siquiera participar en la sesión más importante que ha tenido el Senado en las semanas recientes. El senador Damián Zepeda reiteró que no fueron porque “lo realmente importante ahora es discutir un plan de apoyo económico y de salud ante la pandemia”. Mediante una carta pública enviada al presidente Andrés Manuel López Obrador, los coordinadores parlamentarios del PAN, Mauricio Kuri; del PRI, Miguel Ángel Osorio Chong; del PRD, Miguel Ángel Mancera, y de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, pidieron tomar otro tipo de medidas para otorgar la libertad de presos. Pretendían que la sesión no alcanzara el quórum, pero les falló. Y lo peor es que dejaron en evidencia que, para el avance y desarrollo de México, salen sobrando. 5. Apología de la violencia. Hay un tema que no puede pasar inadvertido y que sucede con mucha más intensidad en los estados del norte de México: la repartición de despensas por parte de miembros del crimen organizado. “Hay que bajarle a la inseguridad”, exigió el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a las organizaciones criminales que aprovechan la epidemia para repartir ayuda a la gente y asesinar adversarios. Desde Palacio Nacional, el primer mandatario reprobó el hecho y aclaró que una cosa es filantropía pura y otra muy distinta lo que hacen los grupos delictivos, que llegan al descaro de colocar el sello de su organización en las despensas. No sólo se aprovechan de las carencias de la gente, sino de la debilidad que algunas entidades muestran ante los cárteles. Muy mal.