Vínculo copiado
John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis abrieron puertas al futuro al revelar que lo invisible y cuántico también puede “sentirse”
09:01 martes 7 octubre, 2025
MundoEl Premio Nobel de Física 2025 ha sido otorgado a John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis por un descubrimiento que desafió los límites clásicos del comportamiento de la materia: el efecto túnel cuántico macroscópico y la cuantización de la energía en un circuito eléctrico. Este reconocimiento celebra una serie de experimentos fundamentales realizados en la década de 1980 que demostraron que objetos lo suficientemente grandes —formados por miles de millones de partículas— también pueden exhibir comportamientos cuánticos, tradicionalmente reservados al mundo subatómico. El hallazgo no solo sorprendió por su audacia conceptual, sino que abrió un camino concreto hacia las tecnologías cuánticas que hoy se perfilan como protagonistas del futuro: desde la computación cuántica hasta los sensores y la criptografía cuántica. Clarke, Devoret y Martinis lograron probar, mediante dispositivos superconductores y uniones Josephson, que es posible observar efectos puramente cuánticos —como el túnel cuántico y la cuantización de niveles de energía— en sistemas eléctricos visibles al ojo humano.
Este avance sentó las bases de los qubits superconductores, uno de los pilares de la actual carrera global por construir procesadores cuánticos. La colaboración entre estos tres científicos, forjada entre laboratorios de Reino Unido, Francia y Estados Unidos, encarna también el carácter internacional de la investigación científica moderna. Más allá del premio, su legado científico redefine nuestra comprensión sobre dónde termina el mundo clásico y comienza el cuántico. A continuación, una mirada a las trayectorias individuales de cada uno de los galardonados. JOHN CLARKE, PIONERO DEL TÚNEL CUÁNTICO MACROSCÓPICO
John Clarke nació en 1942 en Cambridge, Reino Unido. Estudió en la Universidad de Cambridge, donde obtuvo los grados de Bachelor of Arts, Master y PhD en Física (este último en 1968). Tras completar su formación, emigró a Estados Unidos, donde desarrolló su carrera académica en la Universidad de California, Berkeley, institución con la cual está vinculado al momento de recibir el Nobel.
Clarke ha sido una figura central en el campo de la física experimental aplicada a los fenómenos superconductores. Especialmente relevante es su trabajo con circuitos superconductores y el estudio de efectos cuánticos macroscópicos, como el efecto túnel cuántico macroscópico (MQT) y la cuantización de la energía en sistemas eléctricos superconductores En colaboración con Michel H. Devoret y John M. Martinis, en los años 1984–1985 realizó experimentos pioneros que demostraron que sistemas lo bastante grandes —compuestos por miles de millones de pares de Cooper— pueden manifestar comportamiento cuántico colectivo. La relevancia de estos experimentos radica en que abrieron la vía para la tecnología de qubits superconductores y la computación cuántica, al mostrar que las propiedades cuánticas no están confinadas a escalas microscópicas. El Comité Nobel reconoció su aportación al concederle el Premio Nobel de Física 2025 “por el descubrimiento del efecto túnel cuántico macroscópico y la cuantización de la energía en un circuito eléctrico”. Además de su labor investigadora, Clarke ha sido galardonado con varios premios reconocidos, como la Hughes Medal (2004) y el Comstock Prize en Física (1999). Es miembro de la Royal Society desde 1986, y fue elegido como “foreign associate” de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en 2012. MICHEL H. DEVORET, REFERENTE MUNDIAL EN CIRCUITOS CUÁNTICOS
Michel H. Devoret, galardonado con el Premio Nobel de Física 2025, es un físico experimental francés nacido en 1953 en París, Francia. En el anuncio oficial del comité Nobel se destaca que recibió el premio “por el descubrimiento del túnel cuántico macroscópico y la cuantización de energía en un circuito eléctrico”. Desde 2002, Devoret ha sido profesor en la Universidad de Yale (EU.), donde dirige investigaciones en física de estado sólido y electrónica cuántica, centradas en el campo emergente llamado quantronics, que estudia circuitos superconductores con comportamiento cuántico colectivo.
Durante sus primeros estudios, Devoret se formó como ingeniero de telecomunicaciones y obtuvo un DEA en óptica cuántica en la Universidad de Orsay. Completó su doctorado en física en 1982 bajo la supervisión del laboratorio del CEA–Saclay en Francia. Posteriormente, realizó una estancia postdoctoral con John Clarke en la Universidad de California, Berkeley (1982–1984), donde participó en experimentos pioneros sobre niveles cuánticos en una unión tipo Josephson. A lo largo de su carrera ha recibido múltiples distinciones: fue elegido miembro de la Academia Francesa de Ciencias en 2007 y de la American Academy of Arts and Sciences en 2003 Entre otros premios destacan el Ampère Prize (1991), el Europhysics‑Agilent Prize (2004) y el John Bell Prize con Robert Schoelkopf (2013). El aporte clave que le valió el Nobel fue demostrar que efectos puramente cuánticos —como el túnel cuántico y la cuantización de niveles— pueden manifestarse en un sistema eléctrico lo bastante grande como para ser sostenido en la mano. Esta hazaña ha sentado las bases de tecnologías cuánticas emergentes, como la computación cuántica, sensores y criptografía cuántica, y reafirma su papel central en la convergencia entre física cuántica y electrónica.
JOHN M. MARTINIS, EL FÍSICO DETRÁS DE LOS QUBITS
John M. Martinis (nacido en 1958) es un físico cuya carrera ha impulsado los límites de la mecánica cuántica practicable Con base en la Universidad de California, Santa Barbara, ha sido profesor emérito y líder de investigaciones experimentales centradas en qubits superconductores. Durante su doctorado en la Universidad de California, Berkeley, Martinis investigó el túnel cuántico macroscópico y la cuantización de niveles de energía en un circuito basado en la unión Josephson, tema que se convirtió en eje central de su trayectoria. Tras realizar estancias posdoctorales en el CEA (Francia) y el NIST (Estados Unidos), trabajó en dispositivos superconductores como SQUIDs y sensores de microcalorimetría de transición térmica. Desde 2004, su labor en UCSB se orientó a construir procesadores cuánticos basados en uniones Josephson. En ese periodo fue contratado por Google (2014–2020) para liderar experimentos que culminaron en la publicación “Quantum supremacy using a programmable superconducting processor” en 2019. Luego dejó Google para colaborar con el emprendimiento australiano Silicon Quantum Computing y cofundo el proyecto Qolab.
En 2025, fue galardonado con el Nobel de Física junto a John Clarke y Michel Devoret “por el descubrimiento del túnel cuántico macroscópico y la cuantización de energía en un circuito eléctrico”. También ha recibido otros reconocimientos como el Fritz London Memorial Prize (2014) y el John Stewart Bell Prize (2021). Martinis representa un puente entre teoría y aplicación experimental: de montar dispositivos ultra sensibles a proyectar la computación cuántica de escala, con implicaciones futuras en criptografía, simuladores cuánticos y sensores cuánticos.
Únete a nuestro canal de WhatsApp para no perderte la información más importante 👉🏽 https://gmnet.vip/7Be3H
Con información de Excélsior.