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Las derrotas electorales del cuatro de noviembre apuntaron a un creciente descontento respecto al gobierno Trump
00:10 domingo 23 noviembre, 2025
Colaboradores
La política doméstica estadounidense se ha complicado tanto para el presidente Donald Trump que una mayoría de analistas cree que se verá obligado a concentrar sus esfuerzos en la situación interna o enfrentar el desplome de su proyecto político y -tal vez más preocupante para él y su imagen personal.
Pero esa concentración puede no ser un respiro para Latinoamérica.
Las derrotas electorales del cuatro de noviembre apuntaron a un creciente descontento respecto al gobierno Trump. El mandatario no estaba en la boleta de votación, pero sí en la mente de los votantes, por los cada vez más numerosos escándalos a su alrededor o problemas no resueltos como la inflación y las escandalosas violaciones a derechos humanos y civiles que han cometido las fuerzas de seguridad, Guardia Nacional incluida, para una campaña contra migrantes indocumentados que se traduce en arrestos ilegales y ataques a ciudadanos por apariencia racial.
Paralelamente, su aprovechamiento de recursos gubernamentales en beneficio personal o para castigar a sus críticos no lo ayuda.
Su atención a negociaciones internacionales para promover su imagen, incluso por la paz, los conflictos de Medio Oriente, entre Israel y los palestinos, o de Eurasia, entre Rusia y Ucrania, sirve ahora como reclamo y motivo de discordia entre sus seguidores, entre ellos y con él.
Y como remate, las teorías de la conspiración alrededor de su involucramiento con Jeffrey Epstein, el exitoso financiero, pero tenebroso traficante de menores que se suicidó mientras estaba en la cárcel en 2019. De hecho, el escándalo Epstein provocó ya diferencias entre un Trump que prometió esclarecerlo, pero ahora desea suprimirlo y algunos de sus seguidores.
En ese marco, un nuevo enfoque de Trump en política doméstica implica por ejemplo un retroceso en los aranceles a las importaciones de algunos alimentos -muchos de ellos exportados por países latinoamericanos-, pero también nuevo énfasis en temas como seguridad, narcotráfico y los avances de competidores comerciales en el hemisferio occidental, especialmente China.
Y esos son temas de la agenda doméstica de Trump.
Por un lado, el gobernante estadounidense parece determinado a revitalizar las aspiraciones "Doctrina Monroe", que proclamaba un semifilosófico "América para los americanos" y su más agresivo "Corolario Roosevelt", en el que los Estados Unidos se autorizaron a sí mismos a intervenir en cualquier nación latinoamericana para preservar su estabilidad, evitar la intervención externa y proteger sus intereses.
Y para ello tiene herramientas a su disposición: la militar, reflejada en la definición de los cárteles del narcotráfico como "grupos terroristas", con la actual movilización militar en el Mar Caribe tanto para sacudir al gobierno de Venezuela y su presunta cercanía con el llamado "Cártel de los Soles", y la económica, que se deja sentir en la política de aranceles y negociaciones comerciales.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE