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El gobierno Trump también fue partidario de revelar los papeles hasta que se reportó que el actual mandatario figuraba en ellos
00:10 martes 25 noviembre, 2025
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El actual movimiento de "Hacer Grandes Otra vez a Estados Unidos", o MAGA por sus siglas en inglés, enfrenta una situación que bien podría hacer recordar lo que pasa en otros organismos políticos basados más en la personalidad de un líder fuerte que en las comunalidades de las ideologías o intereses.
En el caso del "MAGA", siempre se ha sabido que hay una división entre "puros" y pragmáticos, entre los "verdaderos creyentes" y quienes se sumaron al carro triunfal de Donald Trump en su primera e inesperada victoria electoral de 2016.
Pero ahora la división no solo es entre sectores, sino entre algunos militantes que lamentan que Trump se haya desviado del camino que él mismo trazó.
"El pueblo estadounidense votó por MAGA para poner a los estadounidenses primero y dejar de enviar ayuda externa o de involucrarse en guerras extranjeras. Merecen ser puestos primero: el costo de vida es demasiado alto y el seguro de salud está fuera de control", reclamó recientemente Marjorie Taylor Greene, una republicana de Carolina del Norte que el viernes anunció su renuncia a la Cámara de Diputados en medio de una amarga pelea con el propio Trump, que la calificó de "traidora".
Taylor Greene, una aliada temprana de Trump, fue una de cuatro representantes republicanos que siempre promovió la publicación de los documentos alrededor del escandaloso caso del financiero Jeffrey Epstein, que acusado de traficar mujeres menores de edad se suicidó en la cárcel.
El gobierno Trump también fue partidario de revelar los papeles hasta que se reportó que el actual mandatario figuraba en ellos. Al final, Trump cedió y los documentos están en proceso de ser liberados, aunque se espera sean editados.
La posibilidad de una intervención militar en Venezuela es parte de la polémica. Los estadounidenses en general, y los republicanos en particular, no tienen interés en iniciar una guerra que los llevaría a una probablemente costosa ocupación.
El brote de inconformidades se hizo tan evidente que el propio Trump se vio obligado a subrayar en público que "Yo sé mejor que nadie qué es lo que MAGA quiere".
La intervención en temas externos, como las negociaciones en Gaza y en Ucrania, es criticada, mientras que algunas opiniones y acciones del mandatario han sido controversiales para sus seguidores.
Por un lado, una ligera variación en la postura hacia migrantes con grados técnicos llevó a la conclusión de que Trump abría la puerta a los chinos y, quizá más sorpresivamente, un cordial encuentro con el nuevo alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, que para MAGA tiene todos los pecados: musulmán, inmigrante nacido en Uganda de padres de origen indio y, peor aún, socialdemócrata.
"El mundo está de cabeza", comentó Steve Bannon, uno de los principales consejeros políticos de Trump en su elección de 2016 y actualmente un analista muy influyente en el movimiento MAGA.
El hecho es que MAGA se plantea ya lo que pasará después de que Trump deba alejarse formalmente del centro de la política estadounidense.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
COLABORADOR
@CARRENOJOSE