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En menos de una semana, Donald Trump y su otrora fanática partidaria, Marjorie Taylor Greene, rompieron su alianza
00:01 miércoles 26 noviembre, 2025
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Pocos personajes en la política estadounidense más incondicionales de Donald Trump que Marjorie Taylor Greene, la todavía congresista por el estado de Georgia, que hizo de su lealtad a Trump un estandarte. Pero algo pasó recientemente que la llevó primero a criticar el apoyo incondicional de EEUU a Israel y, después, a sumarse a la exigencia de que se abrieran al público los archivos del caso Epstein, ese notorio pederasta que envolvió en sus redes a tantos empresarios y políticos, entre ellos -se dice- a Donald Trump.
Ese fue el detonador de la ira del presidente, que anunció que le retiraba su apoyo e insinuó que se pondría del lado de quien la desafiara en las primarias del año próximo. Tras eso, y ante los epítetos del presidente, Taylor Greene no tuvo más remedio que anunciar que renunciará a su cargo en enero del 2026.
Trump tiene hoy los índices de aprobación más bajos de su mandato, pero conserva una enorme influencia entre la base del partido Republicano, y puede fácilmente descarrilar a cualquiera de sus legisladores en busca de reelegirse (los periodos de los congresistas duran dos años, de los senadores seis).
Pero sería un error minimizar el impacto de la renuncia de Taylor Greene, quien en un video denunció el abandono de Trump mientras advertía que la llegada de los “neoconservadores, las megaindustrias farmacéutica y tecnológica, el “complejo industrial-militar” y los donantes de las élites significaría también el abandono de “muchos americanos comunes y corrientes”. Ese es, como bien lo señala en un editorial el Wall Street Journal, el corazón del movimiento MAGA: el aislacionismo, el rechazo al empresariado, la extrema derecha. No son mayoría entre los Republicanos, apunta bien el WSJ, pero son un ala vociferante.
Al mismo tiempo que se le abre ese flanco, Trump hizo algo insólito: recibió en la Casa Blanca al alcalde electo de Nueva York, el autoproclamado socialista demócrata Zohran Mamdani, inmigrante musulmán, a quien no se había cansado de denostar antes de las recientes elecciones. Y no solo lo recibió, tuvieron lo que los medios estadounidenses llamaron un “Love Fest” en que se llenaron mutuamente de elogios en un espectáculo que derramaba miel por todos lados. Veremos cuánto tarda la miel en convertirse nuevamente en hiel.
Apuntes al margen
- En lo que va del así llamado “alto al fuego” en Gaza han muerto, en promedio, dos niños cada día.
- Leo una novela estrujante y a la vez maravillosa de Alma Delia Murillo, Raíz que no desaparece, acerca de esa otra tragedia, la de las madres buscadoras.
POR GABRIEL GUERRA CASTELLANOS
@GABRIELGUERRAC